lunes, 26 de abril de 2010

LAS ZAPATILLAS MÁGICAS


Lorena, era una niña muy solitaria. Un día, su madre le compró unas zapatillas que eran blancas y rosas . Al día siguiente en el colegio, las niñas la vieron diferente y empezaron a jugar con ella . Lucía, Rosa y Claudia se hicieron amigas de ella. Como Lorena tampoco sacaba buenas notas, ese día sacó un nueve y medio en el examen de Cono.
Cuando llegó a casa antes de comer le dijo a su madre :
-¡ Mamá hoy me ha ido muy bien en el colegio! Además he echo amigas, se llaman Claudia, Lucía y Rosa. También he sacado un nueve y medio en Cono.
-¡Qué bien Lorena! Me alegro muchísimo.

Parecía que las zapatillas de Lorena le hubiesen cambiado la vida. Al día siguiente, Lorena jugaba un partido de balonmano y en el partido marcó tres goles. Cuando volvía del partido se encontró a un anciano con “pinta” de tener mucha hambre que le dijo :
-¿ Me das dinero para comer ?
Lorena le dió cinco euros porque le dió mucha pena
-Tome señor, yo no los necesito.
-Muchas gracias
-No hay de qué.
-Y cómo has sido tan generosa, las zapatillas que llevas puestas, que por lo que visto te dan mucha suerte, no se te van a romper nunca.
Después de lo dicho, Lorena se fue muy satisfecha a casa.

Cuando Lorena cumplió los trece años, las zapatillas le estaban pequeñas, y su suerte volvió a cambiar.
Al día siguiente se encontró al mismo anciano del día del partido que le dijo:
-¡Hola Lorena! ¿Te acuerdas de mí?
-Hola. Pués claro que me acuerdo de usted. Fue el que me dijo que las zapatillas no se me iban a romper nunca, pero se me han quedado pequeñas , y ahora vuelvo a estar en la misma de antes.
-Eso lo dirás tú.
Y con un sólo movimiento, salieron de su mano unas zapatillas iguales que las que tenía antes, lo que pasa es que las nuevas eran de su talla.

Cuando las últimas zapatillas se le quedaron pequeñas, como era una excelente persona y sacaba muy buenas notas, ya no le hacían falta.


FIN

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